Botox
¿En qué consiste?
El Botox o la Toxina Botulínica es una proteína purificada que se inyecta en cantidades minúsculas en los músculos del rostro para relajarlos y prevenir la aparición de arrugas dinámicas o suavizar las que ya existen (estáticas). Siempre debe ser aplicada por un profesional médico debidamente acreditado en un centro médico autorizado, y que busque, ante todo, unos resultados naturales, saludables y armónicos.
Además de aplicaciones estéticas y para la corrección de la hiperhidrosis (exceso de sudoración), la Toxina Botulínica se emplea en otras especialidades médicas para el tratamiento de estrabismo, tics, espasmos musculares, dolor lumbar, ciertos tipos de migrañas o fibromialgia reumática.
El BTX se aplica habitualmente en 10 minutos. Una vez finalizado el procedimiento, el paciente podrá regresar a su vida normal
Beneficios del tratamiento
El tratamiento con Toxina Botulínica permite:
- Revitalizar y rejuvenecer la mirada de manera inmediata.
- Relajar los músculos faciales, eliminando o atenuando las arrugas y dejando la piel distendida, tonificada y tersa.
- Devolver la luminosidad al rostro.
Los resultados
Los resultados son visibles a los 3 días, dependiendo de cada paciente. En general, los efectos de la Toxina Botulínica comienzan a desaparecer a los 5 o 6 meses.
En la primera consulta médica gratuita el especialista realiza una valoración personalizada, examina el rostro del paciente y su expresividad, y selecciona la dosis más adecuada para aportar un efecto rejuvenecedor y armonioso sin modificar la expresión natural.
Una vez desaparecen los efectos del BTX, el músculo vuelve a su actividad normal provocando la reaparición de la arruga, pero ésta nunca estará más marcada que antes. Es más, mientras duren los efectos del tratamiento la arruga no se marcará y no se agravará, ganaremos tiempo al envejecimiento facial.
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