por Azero Laclinic | Ene 26, 2017 | cirugía estética, consejos, Medicina Estética, rejuvenecer, Salud, tratamientos estéticos |
Las manos son unas de las partes más importantes de nuestro cuerpo y, en muchas ocasiones son nuestra carta de presentación ya que a través de ellas se puede llegar a conocer la edad de una persona, sus hábitos de higiene, o si es ordenada y responsable.
La aparición de manchas y la pérdida de firmeza forman parte también de las preocupaciones de quiénes miran sus manos envejecidas y ven que los años siguen cayendo. La Dra. Margarita Rodríguez de Azero, especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética de AZERO Laclinic, indica que para lograr revertir este proceso y obtener resultados duraderos y visibles, cada vez es más frecuente el uso de la medicina y cirugía estética en el tratamiento de rejuvenecimiento de manos.
La tendencia es utilizar los mismos compuestos para revitalizar y rejuvenecer la cara que para revitalizar las manos. Nuestro principal agente rejuvenecedor es la propia grasa corporal a través de una pequeña cirugía o el ácido hialurónico si se prefiere evitar esta técnica. Ambos se aplican en el dorso de las manos para producir un efecto hidratante y aumentar el grosor del tejido subdérmico. El ácido hialurónico se integra en los tejidos y posee la capacidad de actuar sobre el equilibrio hídrico en la zona tratada, captando o restituyendo el agua perdida, la grasa es el propio tejido que rellena y activa la producción de colágeno puesto que está compuesto por células madre y precursores. Este tratamiento se puede acompañar con técnicas atenuadoras en las manchas cutáneas, ya sea producidas por el sol o la edad, se realiza tratamientos anti despigmentantes o peelings de rejuvenecimiento.
La única crema específica para quitar las manchas de las manos y el escote a base de retinol pertenece a la marca ZO SKIN HEALTH Brigthamax, esta junto con los peelings químicos consiguen regenerar la piel y disminuir las manchas atenuando las marcas de envejecimiento.
Para rejuvenecerlas podemos optar por varias técnicas:
- Revitalización con ácido hialurónico.
- Rejuvenecimiento definitivo con lipofilling de grasa.
- Eliminación de manchas con BRIGTHAMAX ZO Skin Health
- Peeling corporal ZO OBAGI
Consejos básicos caseros que ayudan a su mantenimiento:
- Realizar una exfoliación semanal.
- Hidratación diaria de las manos y cutículas.
- Descansar del abuso de las manicuras y en zonas de frío y agua proteger las manos con guantes.
por Azero Laclinic | Ene 9, 2017 | cirugía estética, Cirugía Estética Corporal, El Bisturí como Refuerzo |
Es frecuente el hecho de que una paciente acuda a la consulta solicitando un aumento de pecho, y que no sea consciente de que en realidad padece mamas tuberosas. Sabe que sus mamas son “diferentes”, pero no sabe por qué, y cree que con un implante se solucionará. Le explicamos que su pecho tiene una serie de características anatómicas que lo hacen “diferente”, y que requiere una cirugía personalizada y especializada para conseguir una estética normalizada. No sirve un aumento estándar, que solo complicaría aún mas el problema.
¿Qué es la mama tuberosa?
Es una malformación de la mama que puede afectar a uno o a los dos pechos. En los casos mas leves puede pasar desapercibida tanto para la paciente como para cirujanos no especializados. Las pacientes que la sufren viven este problema con gran ansiedad, al ver que sus mamas tienen una “forma rara”.
¿Por qué es tan importante diagnosticarla?
Si pasa desapercibida para el cirujano (aún en casos de malformación leve), el resultado del aumento de pecho que se ejecute será deficiente y no exento de complicaciones posteriores.
¿Qué detalles indican que se trata de este tipo de mama?
Para el diagnóstico de la mama tuberosa fijo tres detalles anatómicos fundamentales:
1) Forma tubular de la mama.
2) Ausencia de surco submamario, o constricción del mismo.
3) Escaso desarrollo de la zona inferior del pecho.
Otras características son:
Asimetría Mamaria en 66% casos, Areola y pezón grande, hinchada o herniada y una más que considerable separación de las mamas.
¿Todas son iguales de fáciles o difíciles de corregir quirúrgicamente?
La deformidad del pecho tuberoso se puede clasificar mediante el sistema mas normal de “Von Heimburg”
– Grado Tuberosidad 1
Considerado como grado leve. Falta desarrollo cuadrante inferior interno de la mama. La areola mira hacia abajo. Corresponde al 56% de los casos.
– Grado Tuberosidad 2
Considerado como grado moderado. Falta desarrollo parte inferior externa de la mama. La areola extremadamente grande. Corresponde al 28% de los casos.
– Grado Tuberosidad 3
Considerado como moderado.Deficiencia de piel en la región subareolar. El cuadrante inferior del pecho es limitado. Areola dilatada.
– Grado Tuberosidad 4
Considerado como grado severo. Los cuatro cuadrantes mamarios están afectados y atróficos.
*La areola se encuentra herniada en la mayoría de los casos.
Corresponde al 75% de los casos.
¿Qué sucede en la mama?
Se hernia parte de la glándula mamaria (de ahí ese aspecto de tubérculo) y se produce un engrosamiento a nivel del polo inferior, generando una banda constrictiva que impide el correcto desarrollo de la mama.
¿En qué casos aparece y cuando?
La mama tuberosa es una malformación congénita, no hereditaria necesariamente pero si con cierta tendencia al agrupamiento familiar. En una misma familia puede haber una sola mujer con mamas tuberosas, o bien padecerlo varias. A pesar de ser una malformación de nacimiento, debido a sus particularidades y a que afecta a un órgano que no se desarrolla hasta la pubertad, no se puede saber si una niña lo va a padecer hasta que no inicia su vida reproductiva. Se trataría por lo tanto de una malformación que se manifiesta como una anomalía del desarrollo.
¿Cómo se aborda su cirugía?
Durante la primera consulta se evalua la forma del pecho de la paciente y se le informa de la presencia de una mama tuberosa y el grado de deformidad de la misma. Dependerá del grado de malformación presente. En casos leves o moderados puede ser ideal la vía submamaria, siempre que no exista herniación de la areola ni ptosis, hay casos en que la areola, por el contrario, es de un tamaño muy pequeño y no es posible trabajar por esta vía. En casos en que deseemos reducir el diámetro areolar o exista herniación, la vía periareolar es imperativa. Le hago partícipe de las distintas técnicas quirúrgicas para su corrección y le consejo objetivamente la mas adecuada para su caso, que planifico exhaustivamente.
¿Cómo se operan unas mamas tuberosas?
Su cirugía exige un gran conocimiento de las proporciones de la mama ideal desde el punto de vista estético, y una gran experiencia en cirugía plástica mamaria. Es una cirugía compleja que requiere formación y experiencia específicas ya que habrá que realizar actuaciones en la zona inferior de la mama y en el surco submamario, así como a nivel de la areola en los casos más severos.
¿Qué prótesis son las más adecuadas?
Las mamas tuberosas son una clara indicación de implantes anatómicos. No se corrigen bien con implantes redondos (cuando aún no habían aparecido en el mercado los implantes anatómicos obviamente usábamos los redondos, pero el uso de los anatómicos, cuando estuvieron disponibles, no ha hecho sino mejorar espectacularmente nuestros resultados). Pensemos en el tipo de malformación que queremos corregir: la banda de constricción ha impedido el desarrollo de los polos inferiores y laterales, por lo que la mama ha crecido hacia delante a expensas de los polos superiores y protruyendo la areola. Necesitamos un implante que recree y dé mayor relleno a los polos inferiores, los superiores ya están rellenos de más. Por otra parte, la prótesis debe tener cierta consistencia, estar dotada de un gel de alta cohesividad para colaborar en el cambio de forma y ayudar a distender esos tejidos tan tensos, sobre todo en el área infraareolar y polos inferiores.
¿Es posible la lactancia después de operada?
Depende de la técnica que se realice. Puede estar comprometida la lactancia si es preciso realizar alguna técnica como la de Puckett, que supone trazar un colgajo desde el polo superior, o hacer incisiones profundas en la cara posterior de la glándula, a nivel retroareolar. Quiero insistir aquí en que debe ser el cirujano, con experiencia en estas patologías, quien tome la decisión respecto a vía de abordaje, implante y técnica quirúrgica. Si, por intentar preservar la posibilidad de lactancia, (cosa que desde luego nunca está garantizada, aún sin operarse), el cirujano recurriera a una técnica ” menos agresiva” e insuficiente que no consiga entonces corregir la deformidad, dudo que se lo agradecieran, y además resolverlo va a ser aún más difícil.
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